“Los pensamientos llevan a los sentimientos. Los sentimientos llevan a las acciones. Las acciones llevan a los resultados”. - T. Harv Eker
En la vida, al enfrentarnos a un reto; sea uno individual, profesional o un emprendimiento, tenemos que conocer y contar con el adversario más duro que nos encontraremos en el camino. Este adversario es mucho más duro, más complicado y más difícil con el que nos podamos enfrentar, porque conoce todas nuestras debilidades y creencias limitantes. Ese adversario es a quien vemos todos los días en el espejo.
Nuestras creencias definen cómo vemos al mundo, el futuro y cómo nos vemos a nosotros mismos, por lo que pueden ser del tipo virtuosas; que nos sirven para conseguir lo que queremos. O limitantes; que lo único que nos sirven son para frenarnos.
“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estas en lo cierto”. - Henry Ford
Las creencias nos han acompañado y se han formado desde nuestra infancia. Nuestros padres, familia, los profesores, la sociedad, la televisión, entre otros, han influido en nuestra manera de pensar para luego al crecer se adhieran otras creencias a medida que experimentamos como individuos. El desarrollo de estas creencias, reflejan el resultado diario que obtenemos en nuestras vidas.
“Si aceptas una creencia limitante, se convertirá en una verdad para tu vida” - Louse Hay.
Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que nos impide crecer, desarrollarnos como personas o alcanzar todas esas cosas que nos hacen ilusión.
Hay ciertas creencias que nos llegan a impactar en temas tales como el dinero y la riqueza. Estos son algunos ejemplos de este tipo de creencias:
Desde muy niño pudimos haberlas escuchado y nos programamos para pensar de esa manera y es posible que sigamos pensado igual para luego preguntarnos: ¿por qué no tengo dinero?
Pero no aplica solo para el caso de dinero, sino también para otras areas de nuestras vidas. Utilizamos frases como:
Cada vez que pensamos de esa manera y lo decimos en voz alta; estamos mandando al universo un mensaje de negatividad a consecuencia de nuestras creencias, el cual repercutirá en la vida de cada uno de nosotros y la de nuestro entorno. Entonces; ¿cómo podemos neutralizarlas?
Identifica el origen de esas creencias y el momento que éstas aparecen.
Tómate un tiempo y concéntrate en revisar la manera que ves la vida. Anota todo tipo de pensamiento y categorízalo. Así te dará un mapa para identificar de donde proviene esa creencia y por qué has llegado a esa conclusión.
Reconoce las que te están impidiendo conseguir lo que te propones.
Si tu situación actual no es la que anhelas, quizás sea por un patrón de pensamiento y de creencia que te impide a pensar de otra manera. Decide eliminarla de tu mente.
Sustitúyelas por otros pensamientos que te ayuden a progresar.
Crea una lista de afirmaciones (sobre esto hablaré en otro blog) para que cada día, al momento que desees, los repitas. Hará que reemplace los pensamientos anteriores por unos positivos y poderosos que te ayudarán a cambiar tu manera de pensar.
Me gustaría compartirte una anécdota sobre una creencia que yo me impuse desde niño, debido a un accidente en bicicleta que tuve a los 4 años de edad y que por poco pierdo mi pie izquierdo; esto me causó temor de no volverme a subir a ninguna bicicleta y en lo posterior decidir no practicar ningún deporte que pueda afectar mi pie.
Al pasar los años, escuché también por parte de mis papás que yo era el único de la familia que no practicaba ningún deporte y me programé en mi cabeza con esa creencia que yo no era bueno para los deportes (sin que lo haya intentado).
En la actualidad, no solo superé el miedo de subirme a una bicicleta sino que también llegué a convertirme en IronMan 70.3 afrontando mis miedos que habían estado conmigo muchos años, solo al decidir cambiar mi patrón de pensamiento, el cual poco a poco y con dedicación, empecé a convencerme que sí podía hacerlo hasta lograrlo y créeme, valió la pena el sacrificio porque ahora ya no me limito; visualizo y siento que todo lo que me proponga, lo haré realidad en cualquier aspecto de mi vida.
Para terminar; no permitas que tus creencias limitantes e inculcadas te detengan, pasa por encima de ellos. No fue tu culpa haberlas adquirido, pero ahora puedes decidir en qué creer y cuando lo hagas, recuerda que el ser humano está aquí para ser feliz. Poco a poco llevarás el mando de tu vida. No olvides que tú eres el escultor de tu destino y jamás te limites; crea la mejor versión de ti mismo y sal a brillar y ayudar a los demás.
Tus CREENCIAS determinan tu DESTINO.
“Tus creencias se convierten en tus pensamientos. Tus pensamientos se convierten en tus palabras. Tus palabras se convierten en tus acciones. Tus acciones se convierten en tus hábitos. Tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu destino”. - Mahatma Gandhi.
