Hoy ha nacido nuestro salvador, nuestro maestro quien por más de 2.000 años, nos ha enseñado el poder del perdón, del liderazgo, de la fe por medio del amor incondicional hacia el prójimo al igual a que así mismo.
Seas creyente o no, (yo lo soy y decido serlo) hay un poder supremo que supera nuestro entendimiento y que está en todas partes y que está vivo; se nutre de tus pensamientos y si con fervor y con mucha fe, pides, a ese poder te lo dará si tienes la fe en ti mismo de hacerlo realidad , para empezar.
Hoy, aprovéchalo como un día de reflexión sobre tus acciones contigo mismo y con los demás. Reflexiona las enseñanzas y las acciones que hizo nuestro Señor Jesucristo por nosotros. Siente ese amor hacia tu entorno, a pesar de las calumnias y los malos tratos que hayas recibido o que tu hayas cometido.
Hay que tener mucho cuidado cuando se habla de amor propio; muchos creen que perdonar o ser y sentirse vulnerable es sinónimo de debilidad. Ésta es una gran creencia limitante.
La violencia jamás será justificada por lo que nadie debe acostumbrarse a malos tratos. Sin embargo, vivir una vida llena de rencor, preocupándote de lo que piensen los demás de ti, lo único que hará es alejarte de ese verdadero amor que quiere que le abras su corazón, y ese amor puro es el amor de nuestro Señor Jesucristo, que sana toda herida y te permite compartir con los demás si realmente permites que así sea.
Todos tenemos malos momentos; nos han herido como también lo hemos hecho a alguien. A veces, nos victimizamos y esperamos (aunque tengamos la razón…o quizás no del todo) de que la otra parte seda y pida primero el perdón. Está en cada uno decidir qué quedarse en nuestro corazón. Quizás por esperar ese momento, te pierdas grandes momentos de compartir y de vivir. Cada uno es responsable de sus actos, por consiguiente, es responsable de sus sentimientos.
A pesar de los insultos y de las traiciones, nuestro hermano Jesús nos siguió y nos sigue amando sin esperar nada a cambio. Eso es un verdadero líder, eso es amor verdadero digno de admiración y no existe ningún signo de debilidad. El poder de la vulnerabilidad es impresionante.
Que el amor de Cristo llene e ilumine tu corazón y tu hogar como el de tu entorno. No olvidemos, no solo pedir por los más necesitados sino actuar para ayudarlos.
Compartir (sobretodo todo tu tiempo, tiempo de calidad) con los demás, es uno de los regalos más grandes que le puedes otorgar a alguien.
Que Dios te siga colmando de muchísimas bendiciones. Recuerda; hoy es el mejor momento de decir simplemente GRACIAS por tanto, por todo, por lo que fue y por lo que vendrá. Cuando la gratitud forma parte de ti, la abundancia toca la puerta de tu vida; mientras más agradeces, más sencillo ves el mundo y más te enfocas en dar que en recibir y ahí está la verdadera felicidad.
Para mí, es una Navidad muy especial porque es la primera con mi hija de 10 meses y fuera de mi país. Todo es nuevo para ella y hasta para nosotros los padres que disfrutamos de cada momento. Ella es una prueba más del amor más grande del mundo.
¡Feliz Navidad!
Mis más grandes y sinceros deseos.
Weldyn