“El éxito no es otra cosa que la aplicación diaria de la disciplina” - Jim Rohn
En el año 2017 volví a participar en carreras de largas distancias con una media maratón en la ciudad de Lima. Para mi sorpresa había mejorado mi propio tiempo de 21K y sentí que podía dar más, así que decidí como próximo objetivo llegar a ser un triatlonista para cumplir la meta de convertirme en IronMan.
Jamás había aprendido a nadar con técnica ni tampoco usar bicicletas de ruta con cambios, así que busqué a especialistas para que me entrenen y sean a partir de ese momento mis nuevos amigos y coach.
No fue nada fácil al principio; tuve que administrar mi tiempo para el entrenamiento y cumplirlo antes de empezar mi jornada laboral, lo que significó levantarme cada día a las 5 am para llegar a acostarme a las 9 pm y cumplir con 8 horas de sueño y de recuperación.
Pasaron los días y llegó ese momento en que la motivación comenzaba a bajar y los entrenamientos perdían interés, los pensamientos negativos empezaban a posicionarse en mi cabeza y la pereza aparecer tratando de meter excusa tales como: “entreno otro día, no pasa nada si dejo de entrenar un día, tengo un compromiso por la noche y no me podré levantar temprano, no hay que ser tan exagerado, etc”.
Sin embargo, un día al levantarme a entrenar y al decidirlo no hacerlo (por primera vez) , leí en internet una frase que decía: “no importa que no estés motivado, lo importante es que seas disciplinado”. En ese preciso momento cambié de opinión y me fui a entrenar y pasó algo sorprendente; había rendido mucho más que ningún otro día y había superado mi propio tiempo.
Éxito = hábitos = repetición = disciplina.
Esta experiencia me ayudó a entender que no importa si un día no tengamos las ganas o no tengamos la motivación de hacer lo que nos hemos propuesto, a pesar de cualquier excusa creada por nosotros mismos, debemos ser disciplinados y constantes si queremos llegar a cumplir con lo que nos hemos propuesto. Finalmente, no solo cumplí con mi primer Sprint (700 metros de Natación/ 20 km en bicicleta/ 5 km corriendo) sino que llegué a convertirme en IronMan 70.3 (2.000 metros nadando/ 90 km en bicicleta/ 21 km corriendo) sin haber dejado de entrenar ni un sólo día.
Al cumplir con esta meta, permitió que mi mente llegue a convencerse de que todo lo que me proponga lo puedo cumplir sin importar las adversidades, las limitaciones y las excusas. Entendí que la vida ni el mundo no se parará porque uno no se levante sin motivación o porque hayamos tenido un mal día; el mundo no dirá: “oh que pena, (tu nombre) no se siente bien el día de hoy, así que cuando se motive y tenga ganas de volver a intentar, el mundo vuelve a activarse”. El mundo continúa pero el que puede decidir parar, eres tú.
En conclusión; el poder está en nosotros mismos y aunque no estemos motivados, lo importante es ser siempre disciplinado.
“No basta con tener motivación, sino que hay que crear hábitos que son los que nos permiten alcanzar metas”. -Jim Rohn-