Los Cuatro acuerdos de Don Miguel Ángel Ruíz

noviembre 16, 2020
Weldyn Quezada

Miguel Ángel Ruiz es un escritor y orador mexicano de temas de espiritualidad, influenciado por otro gran autor y pensador, el antropólogo peruano Carlos Castaneda (fallecido en 1998).

El libro trata sobre el conocimiento esotérico tolteca; cultura precolombina que dominó el norte del altiplano mexicano entre los siglos X y XII. Conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales (maestros).

Los toltecas fueron científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Formaron una comunidad de maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacan, ciudad en las afueras de la ciudad de México, conocida como el lugar en el que “el hombre se convierte en Dios”.

Los Cuatro Acuerdos se crearon para que nos resultaran de ayuda en el Arte de la Transformación, para ayudarnos a romper los acuerdos limitativos, aumentar nuestro poder personal y volvernos más fuertes. Cuanto más fuerte seas, más acuerdos romperás, hasta que llegues a la misma esencia de todos ellos.

Tú no escogiste tu lengua, ni tu religión ni tus valores morales: ya estaban ahí antes de que nacieras. Nunca tuvimos la oportunidad de elegir qué creer y qué no creer. Nunca escogimos ni el más insignificante de estos acuerdos. Ni siquiera elegimos nuestro propio nombre.

Nuestro sistema de creencias es como el Libro de la Ley que gobierna nuestra mente. No es cuestionable; cualquier cosa que esté en ese Libro de la Ley es nuestra verdad. Basamos todos nuestros juicios en él, aun cuando vayan en contra de nuestra propia naturaleza interior.

Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente. Necesitamos sentir que tenemos razón y que los demás están equivocados. Confiamos en lo que creemos, y nuestras creencias nos invitan a sufrir.

Hemos aprendido a vivir según los puntos de vista de los demás por miedo a no ser aceptados y de no ser lo suficientemente buenos para otras personas.

Intentamos complacer especialmente a las personas que nos aman, como papá y mamá, nuestros hermanos y hermanas mayores, los sacerdotes y los profesores. Al tratar de ser lo suficientemente buenos para ellos, creamos una imagen de perfección, pero no encajamos en ella. Creamos esa imagen, pero no es una imagen real. Bajo ese punto de vista, nunca seremos perfectos. ¡Nunca!

Nos da mucho miedo que alguien descubra que no somos lo que pretendemos ser. También juzgamos a los demás según nuestra propia imagen de la perfección, y naturalmente no alcanzan nuestras expectativas.

Nos deshonramos a nosotros mismos sólo para complacer a otras personas. Incluso llegamos a dañar nuestro cuerpo para que los demás nos acepten.

Nuestra imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos; es el motivo por el cual no nos aceptamos a nosotros mismos tal como somos y no aceptamos a los demás tal como son.

Los cuatro acuerdos que siguen nos ayudan a romper con esos acuerdos basados en el miedo que consumen nuestra energía:

Sé impecable con tus palabras

Este es el primer acuerdo al que debes llegar si quieres ser libre, y ser feliz. Utiliza tus palabras apropiadamente y empléalas para compartir tu amor.

Mediante las palabras expresas tu poder creativo, lo revelas todo. Si plantamos un miedo o una duda en nuestra mente, creará una serie interminable de acontecimientos.

Ser impecable es no ir contra ti mismo. Cuando eres impecable, asumes la responsabilidad de tus actos, pero sin juzgarte ni culparte. Significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la verdad y del amor por ti mismo.

Si me amo a mí mismo, expresaré ese amor en mis relaciones contigo y seré impecable con mis palabras, porque la acción provoca una reacción semejante. Si te amo, tú me amarás, si te insulto, me insultarás. Si siento gratitud por ti, tú la sentirás por mí.

Los chismes son magia negra de la peor clase, porque son puro veneno. Contar chismes se ha convertido en la principal forma de comunicación en la sociedad humana. Es la manera que utilizamos para sentirnos cerca de otras personas, porque ver que alguien se siente tan mal como nosotros, nos hace sentir mejor.

Tu opinión nos es más que tu punto de vista, y no tiene por qué ser necesariamente verdad. Proviene de tus creencias, de tu ego y de tu propio sueño. Creamos todo ese veneno y lo esparcimos entre otras personas sólo para sentir que nuestro punto de vista es correcto.

No te tomes nada personalmente

El segundo acuerdo: La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Haces una montaña de un grano de arena porque sientes la necesidad de tener la razón y de que los demás estén equivocados. También te esfuerzas en demostrarles que tienes la razón dando tus propias opiniones.

Lo que dices, lo que haces y las opiniones que tienes se basan en acuerdos que tú has establecido, y no tienen nada que ver con los demás. Creas una película entera en tu mente, y en ella tú eres el director, el productor y el protagonista. Todos los demás tenemos papeles secundarios. Es tu película.

Cuando no tomarte nada personal se convierta en un hábito firme y sólido, te evitarás muchos disgustos en la vida. Tu rabia, tus celos y tu envidia desaparecerán, incluso tu tristeza desaparecerá. No necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan los demás. Bastará con que confíes en ti mismo para elegir con responsabilidad. Nunca eres responsable de los actos de los demás; sólo eres responsable de ti mismo.

No hagas suposiciones

El tercer acuerdo: Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento.

Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos tomamos personalmente y acabamos haciendo una gran drama de nada. Producimos veneno emocional haciendo suposiciones y tomándolas personalmente, porque, por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son.

El funcionamiento de la mente humana es muy interesante. Necesitamos justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. No importa si la respuesta es correcta o no; por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros. Esta es la razón por la cual hacemos suposiciones.

Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada, también las hacemos para satisfacer nuestra necesidad de saber reemplazar la necesidad de comunicarnos.

Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Suponemos que los demás piensan, sienten, juzgan y maltratan como nosotros lo hacemos.

También hacemos suposiciones de nosotros mismos, y esto crea muchos conflictos internos. Te sobrestima o te subestimas a ti mismo porque no te has tomado el tiempo necesario para hacerte preguntas y contestarlas.

Si no entiendes algo, en lugar de hacer una suposición, es mejor que preguntes y que seas claro. El día que dejes de hacerlas, te comunicarás con habilidad y claridad, libre de veneno emocional. Cuando ya no lo hagas, tus palabras se volverán impecables.

Haz siempre lo máximo que puedas

El cuarto acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros. Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Limítate a hacer lo máximo que puedas, en cualquier circunstancia de tu vida.

Siempre que haces lo máximo que puedes, actúas. Significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una recompensa. Si emprendes la acción por el puro placer de hacerlo, sin esperar una recompensa, descubrirás que disfrutas de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán, pero tú no estarás apegadla ellas.

Si no esperas una recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de lo que hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos aburrimos y no nos sentimos frustrados. Aprendes a aceptarte a ti mismo, pero tienes que ser consciente y aprender de tus errores. Esto significa practicar, comprobar los resultados con honestidad y continuar practicando. Así se expande la conciencia.

Una idea, si no se lleva a cabo, no producirá ninguna manifestación, ni resultados ni recompensas. Emprender la acción es estar vivo. Es arriesgarse a salir y expresar tu sueño. Esto no significa que se lo impongas a los demás, porque todo el mundo tiene derecho a expresar su propio sueño.

Dios es vida en acción. La mejor manera de decir: «Te amo, Dios», es vivir haciendo lo máximo que puedas.

La mejor manera de decir: «Gracias, Dios», es dejar ir el pasado y vivir el momento presente, aquí y ahora.

Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, permite que se vaya. Cuando te entregas y dejas ir el pasado, te permites estar plenamente vivo en el momento presente. Dejar ir el pasado significa disfrutar del sueño que acontece ahora mismo.

No disfrutar de lo que sucede ahora mismo es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la autocompasión, el sufrimiento y las lágrimas.

Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala.

Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí. Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo máximo que puedes.

Tus hábitos rutinarios son demasiado fuertes y están firmemente arraigados en tu mente. Pero puedes hacer lo máximo posible. No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente; sólo haz lo máximo que puedas. No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, pero sí puedes hacer lo máximo posible.

No te inquietes por el futuro; mantén tu atención en el día de hoy y permanece en el momento presente. Vive el día a día.

En conclusión; El perdón es la única manera de sanarnos. Podemos elegir perdonar porque sentimos compasión por nosotros mismos. Podemos dejar marchar el resentimiento y declarar: «¡Ya basta! No volveré a ser el gran Juez que actúa contra mí mismo.

No volveré a maltratarme ni a agredirme. No volveré a ser la Víctima».

Para empezar, es necesario que perdonemos a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros amigos y a Dios. Una vez perdones a Dios, te perdonarás por fin a ti mismo.

Una vez te perdones a ti mismo, el autorrechazo desaparecerá de tu mente.

Empezarás a aceptarte, y el amor que sentirás por ti será tan fuerte, que al final acabarás aceptándote por completo tal como eres. Así empezamos a ser libres los seres humanos.

El perdón es la clave.

Sabrás que has perdonado a alguien cuando lo veas y ya no sientas ninguna reacción emocional. Oirás el nombre de esa persona y no tendrás ninguna reacción emocional. Cuando alguien te toca lo que antes era una herida y ya no sientes dolor, entonces sabes que realmente has perdonado.

Artículos Relacionados
Resumen y principales lecciones del libro: “Pensar rápido. Pensar despacio“
El libro “Pensar Rápido, Pensar Despacio” de Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, es una obra que revoluciona la manera en la que entendemos nuestras decisiones. Más allá de la economía y la psicología, este libro se adentra en cómo funciona nuestra mente al enfrentar problemas cotidianos, tomar decisiones financieras y responder ante la incertidumbre.
Weldyn Quezada
agosto 17, 2025
Cómo evitar el autosabotaje y liberar tu verdadero potencial
El autosabotaje es como tener un freno de mano mental. Aunque quieras avanzar, algo dentro de ti te frena: miedo, creencias limitantes, inseguridad, falta de disciplina… o todas juntas.
Weldyn Quezada
agosto 10, 2025
El poder de las palabras: Cambia tu lenguaje, cambia tu vida.
En este nuevo artículo aprenderás la importancia de elegir sabiamente las palabras que usamos tanto para nuestro bien como elegir bien colectivo.
Weldyn Quezada
mayo 4, 2025
1 2 3 63

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Contáctame

usercalendar-full